Como pocos establecimientos educativos de Salta, la muy conocida y prestigiosa institución educativa ha mantenido durante muchos años su calidad educativa, sus ansias de superación y actualización, su excelente formación práctico-teórica, gracias al esfuerzo, dedicación y capacidad de sus docentes y directivos.

Los méritos son propios, en sus aulas, talleres, laboratorios y otros espacios educativos, se formaron con excelencia miles de adolescentes de la ciudad de Salta, de ciudades y localidades cercanas e incluso de otras provincias. Por ella transitaron algunos buscando una sólida formación para continuar estudios en niveles superiores, otros en cambio, con el propósito de tener una buena preparación general para poder desempeñarse rápidamente en el mundo laboral y así poder ayudar a su familia. Unos y otros consiguieron con creces sus propósitos porque pudieron concretar sus sueños en breve plazo y por ello se sintieron y se sienten orgullosos de haber estudiado en la querida escuela que tanto amor provoca.

A pesar de la diversidad de recursos económicos de los alumnos, y de los diferentes sectores sociales de los que provienen, las relaciones y convivencia en la escuela siempre fueron armónicas y solidarias, seguramente por el buen grupo humano que ingresa (previo a la aprobación de un examen de competencias) y por la tarea responsable, afectuosa y profesional del cuerpo docente (preceptores, profesores maestros de taller, bibliotecarias y otros). Si bien la mayoría de los estudiantes son varones, las pocas chicas son tratadas en general con mucho respeto, son protegidas por sus compañeros y muchas de ellas se destacan por ser buenas alumnas.

La mayoría de los egresados son personas destacadas en las actividades posteriores que desarrollan, muchos de ellos se desempeñan en cargos jerárquicos y de importancia en empresas, comercios relacionados a las especialidades de la escuela e incluso en profesiones muy diversas y alejadas de lo que estudiaron como médicos, sacerdotes, abogados, docentes, políticos, músicos, periodistas, etc.

Los egresados que se desempeñan como docentes en escuelas técnicas no solo trasladaron sus conocimientos y experiencias a los alumnos de otros establecimientos sino también ese espíritu superador y de excelencia que caracteriza a la Einstein. Muchos de ellos ocupan y ocuparon cargos directivos en escuelas técnicas, y como curiosidad se puede destacar que en la actualidad, varias de estas escuelas de capital e interior de la Provincia están conducidas por egresados de la Einstein.

Quizás esas características de su formación, ese amor y aprecio por la institución, ese reconocimiento y agradecimiento por lo recibido, es que los egresados ya comenzaron a reunirse para organizar los festejos por los 100 años de vida de la institución. También se suman a la convocatoria docentes y ex docentes que quieren organizar diversas actividades para que los festejos tengan el brillo que merece el establecimiento.

En la actualidad la escuela cuenta en sus talleres y laboratorios con un buen equipamiento provisto en parte por los Ministerios de Educación de Nación y Provincia, pero otra parte importante, se consiguió por gestiones y proyectos de la propia escuela. El trabajo mancomunado, honesto e incesante de los componentes de la comunidad educativa: directivos, docentes, cooperadora, padres, ex-alumnos y otros, logró a través de los años no solo mejorar y ampliar el equipamiento educativo sino también las instalaciones edilicias como ser el gimnasio cubierto, canchas de básquet, de vóley y de hándbol, bicicletero, bufet, sala de profesores, sala de recepción y otros. Además muchísimas veces se realizan importantes tareas de mantenimiento y mejoras del edificio con fondos de la Cooperadora, la cual cuenta con Personería Jurídica como pocas.

Correspondería, sería razonable y justo que las empresas y compañías, especialmente las más grandes que incorporan personal de las escuelas técnicas, colaboren de algún modo con estas instituciones educativas ya que aprovechan gratuitamente su potencial humano. Deberían colaborar en forma efectiva y permitir que los alumnos realicen las Prácticas Profesionalizantes, las cuales son obligatorias para recibirse de técnicos. Hay una deuda de estas empresas y compañías que deberían ayudar a todas las escuelas técnicas, apadrinándolas o colaborando de algún modo, como retribución al beneficio que usufructúan y para mejorar el nivel de conocimientos y capacitación de los alumnos, lo que será beneficioso también para ellas.

De algún modo también el Ministerio de Educación tiene una histórica deuda con las escuelas técnicas ya que no le ha prestado el apoyo y ayuda suficiente, teniendo en cuenta que es en ellas donde se forman los técnicos que contribuyen al desarrollo industrial, comercial, de servicios, de mantenimiento y otros importantes de la Provincia. No ha dado la ayuda suficiente y necesaria para que mejore su calidad educativa, que es lo que realmente importa y no tanto la cantidad de egresados.

El cumplimiento de los 100 años de vida de la Einstein el año próximo, es una buena oportunidad para que todos contribuyamos para que continúe en su loable labor, colaborando generosamente con aportes para que pueda mejorar sus instalaciones, modernizar sus talleres y laboratorios, su biblioteca y otros espacios generales y educativos.

Profesor Carlos Seco